domingo, 8 de junio de 2014

Mensaje a los indecisos electorales

En el hipotético y lejano caso, que gane Santos la reelección presidencial, el país entraría en crisis. Le sería muy difícil a Juan Manuel Santos, administrar un país con más del 70% de colombianos inconformes con su desempeño, y con un congreso en contra.  

Santos tuvo un cuatrienio para mostrarse, bien como estadista, como gestor o líder, pero lo desaprovechó. Incumplió sus programas de gobierno, acometió otros que no estaban en la agenda, traicionó a sus amigos y emprendió un proceso de paz a espaldas de la población. Un proceso, que entre otras cosas está en vilo, pues las Farc  acaban de notificarle al presidente  Santos, de manera categórica: ‘’entregamos las armas, cuando nos entreguen el poder’’.

Santos pierde el año, o mejor el país pierde cuatro años;  no se le perdona que lo haya regresado a la violencia, a la extorsión, y al secuestro, flagelos que se desterraron casi en su totalidad en el anterior gobierno, pero que él los reavivó, para poder tener un poco más de margen de justificación en su decisión de negociar con la guerrilla, por lo demás, en medio de un  conflicto atroz.

Entendidos en la materia, dicen que Santos nos metió en el proceso de la Habana, no movido precisamente por un sentimiento de patria, sino por hacer méritos ante el mundo, o hacerse acreedor a un nobel de paz. Es sabido que su ego y banalidad extrema suben tanto, que su enorme preocupación si no lo reeligen, no es la paz, como podría esperarse, sino  que no pueda ir en calidad  de jefe de estado, a la posesión del Rey Felipe de España. 

Otro asunto, que no deja de preocupar, es el retroceso de la inversión  extranjera en nuestro país.  Mientras países como Chile, Perú, Brasil, asientan grandes  empresas y atraen capital foráneo, en Colombia lo poco que ha llegado se está yendo. Esto naturalmente afecta de manera grave el empleo organizado y el crecimiento del país. En los índice de desarrollo Colombia bajó en todos los sectores: calidad de la educación, empleo formal, confianza inversionista, seguridad democrática, transparencia, entre otros renglones.

Los colombianos, el próximo domingo 15 de junio, tomaremos la decisión. Elegir a Santos que sería la equivocación histórica más grande, desde la época de la colonia. U optar por Zuluaga, que es un hombre culto, preparado, estadista serio, con amplia experiencia, es una garantía para  los colombianos y para  la misma guerrilla.
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Imperdonable, que la campaña Santos, siga jugando sucio. Obligar  – al mejor estilo Chavista -  a los beneficiarios de las viviendas ‘gratis’, a retirar de sus ventanas, los afiches de ZULUAGA, y amenazar a los que se encuentran en la lista de elegibles,  que si no votan por él, simplemente no se les tendrá en cuenta.

A Clara López, presidenta del Polo, que en la pasada contienda electoral puso un twitter que decía: ‘Santos va a movilizar la mayor cantidad de compra de votos, que haya tenido  conocimiento el país’.

Ahora, para la segunda vuelta, le parece por arte de birlibirloque, que esos votos eran limpios y decentes, además sale a decir con gran desparpajo, que Santos es el hombre a elegir.  Clara López afirmó categóricamente, en la campaña reciente, que Santos era el peor gobernante de los últimos treinta años, y corrupto. Por esa posición ambigua y torpe, los partidos de izquierda pierden credibilidad y por supuesto el fervor de su gente. De perder Santos, como todo indica, la gran damnificada va a ser Clara, pues su partido no le perdonará el sacrilegio. 

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