viernes, 27 de diciembre de 2013

¡Cátedra Medellín!


Contrariamente, Medellín es una ciudad de arte, de cultura y de vida. Medellín recibe permanentemente en su terruño decenas de artistas, escritores, poetas, políticos, banqueros, músicos, empresarios, científicos, gente del mundo; allá no se rechaza, se acoge.

Medellín es una capital  con visión, un prototipo de ciudad moderna, con equidad, el Alcalde de turno lo respeta y lo sigue;  es paradigma de tesón y éxito. Medellín no está enfrascado en montar un gobierno  marxista-leninista, allá se trabaja por el espacio público, para rehabilitar plazas y calles, por equipar la ciudad, por ordenar el crecimiento urbano, en una palabra para mejorar la calidad de vida de los medellinenses.

Medellín no gasta su tiempo en confrontaciones inocuas, no se pelea ni amenaza a los empresarios que recogen la basura, ni crea monopolios gubernativos abusivos: Medellín es limpio y diáfano.

Medellín no rebaja tarifas buscando votos; allá se presta buenos servicios a precios justos, tiene diversificado el sistema de transporte, la ciudad es cada vez más coherente, lo que le permite ser menos desigual.

Medellín combate la violencia sin tregua, con empleo útil y campañas educativas visibles y de resultados. Allá el empleo se genera fundando y apoyando empresa, realizando ferias, congresos, foros, mostrando sus productos, contratando personal cualificado, no crea burocracia ramplona, improductiva e inepta.

En Medellín los convenios con los colegios se respetan, no  se desechan por ser privados. Allá no se gobierna por estratos sociales, se trabaja la ciudad como una unidad. Medellín tiene movimientos sociales que trabajan muy fuerte por la ciudad.

La industria de Medellín florece, progresa, su economía se internacionaliza, no estigmatiza a sus empresarios, ni los afrenta; los aprecia y reconoce en ellos el motor principal de su desarrollo social.

Medellín construye sobre lo construido, sus mandatarios no están pensando en destruir lo hecho, ni en borrar la historia de sus antecesores. En Medellín los funcionarios no se viven quejando, allá rectifican y solucionan problemas.

Medellín tiene museos, bibliotecas, universidades, parques temáticos, goza de plazoletas culturales, promueve la lectura, la cultura, la historia, allá  no se politiza el  funcionario, la política de ellos son las obras.

En Medellín no se habla de expropiación, o de apropiarse de bienes que no le pertenecen, ni  funcionarios instigando, metiendo odio, polarizando la ciudad, allá se trabaja y se progresa.

Medellín desarrolla estrategias para promover empresa, empleo, bienestar, felicidad, no programas selectivos y populistas que entreguen votos. 


A ese ritmo,  Medellín en pocos años será la ciudad más importante del país.  

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